El protagonista principal del sistema circulatorio es el corazón: bombea la sangre que nutre a los demás sistemas del cuerpo. El ejercicio físico y una alimentación adecuada son excelentes aliados de la salud de tu corazón. Está ubicado entre los pulmones, en medio del tórax y encima del diafragma. Tiene el tamaño de un puño y su peso varía entre 250 a 350 gramos según el género femenino o masculino. Es un músculo hueco formado por diferentes tipos de fibras o tejidos musculares. Su estructura está formada por cuatro cámaras o cavidades: dos aurículas, una izquierda y una derecha, y dos ventrículos, derecho e izquierdo, posicionados debajo de las aurículas de cada lado. Está cubierto internamente por una membrana llamada endocardio, y externamente por otra membrana llamada pericardio, el músculo o miocardio se encuentra entre estas dos membranas y es el encargado de la contracción que cumple la función de bombear la sangre. El lado izquierdo del miocardio es más grueso que el derecho, en su conjunto está formado por células o fibras musculares llamadas cardiomiocitos que son de tres tipos: auriculares, ventriculares y de conducción y excitación: estas últimas poseen escasa capacidad contráctil debido principalmente a que su función es la de llevar los impulsos de los potenciales de acción a los demás músculos del miocardio cuya separación se presenta de forma regular y uniforme, estando unidos por los discos intercalares que tienen una baja resistencia eléctrica por lo cual transmiten fácilmente la carga eléctrica de los potenciales. Hasta hace poco menos de una década se creía que los cardiomiocitos eran incapaces de regenerarse debido a que estos tienen una larga duración en la vida humana, pueden llegar hasta a más de cincuenta años sin regenerarse, pero investigadores de la universidad de Pensilvania han determinado que la frecuencia regenerativa de los mismos es mayor de lo que se pensaba y va disminuyendo con la edad, aunque todavía no se ha identificado el origen de dicha regeneración.
viernes, 15 de mayo de 2020
viernes, 8 de mayo de 2020
¿Estás durmiendo lo suficiente últimamente?
Hay personas que duermen ocho horas religiosamente todas las noches y si no se acuestan temprano al día siguiente sienten que se han desvelado. Muchas otras personas duermen cuatro, cinco o seis horas y en las mañanas se sienten listos para salir a conquistar el mundo. En el otro lado de la balanza están los que duermen hasta doce horas corridas y si no los despiertan se pasan en la cama todo el fin de semana. La verdad es que hace tiempo se sabe que cada cual tiene su propia necesidad de sueño, unos duermen cuatro horas y descansan lo suficiente, otros necesitan más horas para sentirse descansado. Aquí les dejo un examen facilito que pueden llenar sin fijarse y sin preguntar, pero que puede darles una idea de si están durmiendo o no lo suficiente últimamente.
Responda sí o no a las siguientes preguntas:
¿Se queda dormido a menudo mientras ve televisión?
¿Es común que se quede dormido después de comidas pesadas o mientras se relaja después de la cena?
¿A menudo se queda dormido o teme quedarse dormido durante conferencias aburridas, actividades tediosas o en habitaciones calientes?
¿Necesita un reloj despertador para despertar en la mañana?
¿A menudo presiona el botón de repetición de su reloj despertador para dormir un poco más?
¿Batalla para salir de la cama en la mañana?
¿A menudo se siente cansado, irritable o estresado durante el día?
¿Tiene problemas para concentrarse o recordar?
¿Se distrae con facilidad o se siente lento mientras realiza tareas que requieren pensamiento, solución de problemas o creatividad?
¿En ocasiones se siente somnoliento o teme quedarse dormido mientras conduce?
¿Necesita una siesta para ayudarse a pasar el día?
De acuerdo con el investigador del sueño James Mass, si
respondió que sí a tres o más de estas preguntas es posible
que necesite dormir más de lo que está durmiendo.
Fuente: Adaptado de Maas, J. B. (1999) Power sleep: The revolutionary
program that prepares your mind for peak performance. Nueva
York: Harper Collins. Tomado del libro "Introducción a la psicología", de Charles Morris y Albert Maisto.
viernes, 1 de mayo de 2020
¿Te sientes cansado y sin fuerzas?
Si te sientes
desanimado y sin fuerzas puede deberse principalmente a tres factores: necesitas
llevar una dieta balanceada, debes empezar una rutina de ejercicios, o tienes
que descansar apropiadamente. Una última opción es también probable…puedes
estar fallando en los tres factores a la vez. Cualquiera que sea tu situación
es primordial que te mantengas fuerte. Lo recomendable es que inicies con la desintoxicación
de tu organismo. Sirve de poco el iniciar el consumo de multivitamínicos, omega
3 y otros ácidos grasos esenciales (que aportan tantos beneficios al cuerpo),
si el metabolismo está contaminado de metales pesados.
La contaminación
ambiental, los pesticidas utilizados en la agricultura, la contaminación del
mar e incluso el tipo de alimentación suministrada a los animales criados en
granjas (sumado a que esos animales regularmente llevan una vida fija y sedentaria y por lo
tanto no desarrollan sus músculos, no eliminan los productos químicos que le
son suministrados para acelerar el crecimiento y por ende son menos saludables
para el consumo humano), son algunos de los factores más determinantes para que
el hombre moderno se contamine a través de lo que come.
No es un cuadro
muy bonito que digamos, pero es la realidad de nuestra sociedad moderna. No
tenemos que resignarnos, podemos cambiar todo esto radicalmente con sólo
iniciar la desintoxicación de nuestro organismo. Un punto clave para ello es el
consumo de vegetales verdes: la clorofila es el limpiador más efectivo para
nuestra sangre. Otro punto, siempre mencionado pero nunca respetado, es el
consumo de líquidos, cuando su organismo le indica que tiene sed, es porque
hace rato que necesita agua, o sea, está en camino a la deshidratación. Reducir
el consumo de carnes y frituras a su mínima expresión es una decisión
inteligente; la digestión se torna más lenta cuando ingerimos alimentos pesados
como la carne roja, aumenta la grasa en el cuerpo, además de provocar males
circulatorios y aumento del colesterol, ante una mala digestión pueden ser almacenadas
por nuestro metabolismo, generando el cansancio, falta de concentración y obesidad.
Fumar y consumir
alcohol excesivamente son los dos enemigos mortales de una buena salud. Eso
todos lo sabemos. Lo que muchos ignoran es que existen yerbas naturales que
limpian nuestros riñones y vías urinarias, algunas de estas son: el yantén, la
cola de caballo y la barba de maíz. Preparar un té cada mañana y consumirlo
antes de iniciar nuestro día es un paso importante para limpiar nuestro
organismo.
La alquitira,
algunos le llaman tuna, es un cactus que proporciona una increíble ayuda a la
digestión pues aumenta la producción de enzimas digestivas que provienen del páncreas.
También ayuda a evitar y aliviar el estreñimiento (quienes padecen este mal viven contaminados
todo el tiempo). Estas bebidas debes consumirlas por espacio de no más de
quince días consecutivos y luego interrumpe su consumo por un tiempo similar,
porque debes darle espacio a tu organismo para que actúe por sí mismo y ninguna
sustancia debe ser consumida excesivamente. Un factor importante es hacer
ejercicio, cualquier tipo de ejercicio es mejor que el sedentarismo.Seguiremos
hablando de este tema.
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