La mejor medicina que existe es la prevención, eso aplica para todos los casos, incluyendo el ámbito deportivo. Si entrenamos moderadamente, sin exigirle a nuestro cuerpo más de lo que puede dar, no tendremos esos punzantes dolores que afectan a los músculos sobreentrenados. Pero, seamos honestos, todos los deportistas caemos en la tentación de hacer más y más cuando queremos alcanzar metas que se ven lejanas, a menudo esas tentaciones hay que pagarlas caras. Lo peor de todo es que todos los estudios científicos que se han realizado sobre el tema de los músculos adoloridos después del ejercicio o, como se le llama ahora: dolor muscular retardado, no han logrado ponerse de acuerdo ni en señalar las verdaderas causas de dichos dolores ni la forma infalible para deshacerse de ellos. Algunos estudios insisten en descartar la antigua creencia de que el ácido láctico liberado durante el entrenamiento excesivamente fuerte es el culpable de los dolores que aquí tratamos; otros dicen que es simplemente una respuesta del metabolismo, una manera de proteger al músculo, impidiendo que uno lo utilice hasta que esté totalmente recuperado. Lo cierto es que los tejidos se rompen cuando entrenamos muy fuerte o cuando hacemos ejercicios que hace tiempo no hacíamos, sobretodo si estamos fuera de forma. Como antes dije: lo mejor es cuidarse y hacerlo de forma paulatina y moderada. Pero, cuando ya lo tenemos ¿cómo nos deshacemos del dolor? En ese punto tampoco están cien por ciento de acuerdo los estudios científicos y a estas alturas he llegado a la conclusión de que dichos estudios sólo obedecen, en su gran mayoría, a los intereses de quienes los financian o auspician, más, eso es harina de otro costal. Mi sugerencia es que aprendan a escuchar lo que su cuerpo le está diciendo. Sí, conóxcanse ustedes mismos, los deportistas sabemos de esas cosas. Sabemos cuando parar, cuando seguir y cuando insistir. De todos modos, aquí les dejo unas sugerencias que les serán útiles.
Meditación. Aprenda a relajarse mediante la práctica de la meditación, no niegue el dolor que siente, tampoco lo magnifique, simplemente consienta a su organismo, entiéndalo y regálele paz y armonía.
Masajes. Esto siempre me ha funciohnado. Especialmente si te das masajes en los músculos entrenados el mismo día en que realizaste los entrenamientos. También al día siguiente, es algo que puedes hacerlo tú mismo, siempre y cuando no tengas a alguien que lo haga por ti. Frota constante y suavemente uno de esos ungüentos que todos conocemos, cualquiera es bueno, pero te recomiendo los que venden en las tiendas de medicina natural. El masaje libera las toxinas y activa la circulación, reduciendo la inflamación y aliviando el dolor.
Toma mucho líquido. Esto es esencial, lo peor que puedes hacer en medio de la crisis es estar deshidratado. Los músculos necesitan líquido para funcionar correctamente, pero, la circulación también se mantiene más activa si estás bien hidratado.
Aliméntate bien. La reparación de los músculos lastimados requiere de nutrientes. El salmón, los mariscos en general, las carnes y las yemas de huevos, entre algunos otros alimentos, hacen un aporte especial a los músculos. Siempre es recomendable mantener una dieta balanceada, es decir, comer un poco de todo, pero, no dejes de alimentarte aunque sientas mucho dolor.
Consume vitaminas y proteínas. Hoy en día hay muchísimos modelos de proteínas en polvo, diseñados para fortalecer los músculos, te sugiero siempre que visites o consumas los que venden en tiendas naturistas, son los mejores. Las vitaminas también hacen su trabajo, consigue un complejo B, que contiene todas las vitaminas de la familia B, te ayudarán muchísimo; la vitamina D la encuentras en los mariscos, pero también en la luz solar, esa es gratuita. Toma al menos quince o veinte minutos de sol, preferiblemente temprano en la mañana, antes de las diez o después de las cuatro de la tarde, cuando el sol no esté tan fuerte. Hay que cuidar la piel y alejarse de las enfermedades que produce el exceso de luz solar. La vitamina A también ayuda a los músculos, haz que esas vitaminas formen parte de tu rutina. Tómalas como parte de la prevención.
Bolsas de hielo. Aplica bolsas de hielo al área adolorida, esto ayuda a bajar la inflamación, sirve de anestésico por breve tiempo, pero alivia el dolor. Mientras más rápido lo hagas y con más frecuencia, mejor para que te recuperes más pronto.
Baño de agua caliente. La circulación juega un papel primordial en la recuperación, el calor activa la circulación, por eso los baños en agua caliente contribuyen a que te sientas mejor y alivies el malestar muscular. Sentarse unos veinte minutos en la bañera, llena de agua caliente, es todavía mejor. La sal marina es el complemento esencial para estos baños. Si puedes ir al mar también verás buenos resultados, principalmente si el agua del mar está caliente
Baño sauna. La eliminación de las toxinas se logra más fácilmente si tomas un baño sauna inmediatamente después del ejercicio o al día siguiente, cuando sientes el dolor muscular. El sauna también ayuda a la relajación y activa la circulación. Es uno de mis métodos preferidos.
Recuperación activa. Sí, hay que descansar el área adolorida y conviene tomar cierto tiempo de reposo para contribuir a la recuperación, pero, también es conveniente hacer otro tipo de ejercicios que no involucren al área afectada o al menos mantenerse algo activo, sin exagerar, para que el cuerpo trabaje la circulación y la relajación muscular, aliviando la tensión, mediante el ejercicio moderado.
Hay dos métodos que todavía no he probado pero que he leído en varias investigaciones serias, el primero: consumir coenzima q-10 o ubiquinol. Todavía no la he probado, sin embargo, es un punto en el cual los estudios se han puesto de acuerdo, ayuda a recuperar y a formar los músculos. No voy a tardar mucho tiempo en probarla, de hecho, ya la estoy buscando aquí en Santo Domingo. Cualquier cosa, avísenme. Aunque se ha probado que el ubiquinol en los suplementos no es tan efectivo como tomarlo puro. El otro método lo escuché de parte del Dr. Aristy, quien le sugirió a un televidente de su programa que consumiera miel de abeja, limón y bicarbonato durante el ejercicio y con eso evitaría el dolor del día siguiente. Tampoco lo he probado, pero el doctor sabe de lo que hace bien al cuerpo.
Aquí les he dejado varias opciones, ojalá puedan probarlas todas y comprobar cuales son más efectivas en sus casos particulares, porque a veces lo que funciona rápido en unos, trabaja más lento en otros y viceversa. El punto extremo es tomar analgésicos, si pueden evitarlos mejor no los tomen, hacen más daño que bien. Si los dolores persisten por más de una semana, sería una buena idea si visitas al médico, pues este tipo de dolores por lo general desaparece en cuatro o cinco días. Lo más importante de todo es que no te desanimes, no dejes de entrenar ni te desencantes por nada del mundo. Ánimo y sigue adelante, esfuérzate y sé valiente. El mundo es tuyo, aprovéchalo.